jueves, 30 de abril de 2009

El proceso de reforma de la seguridad social en Venezuela: Una visión desde el movimiento sindical venezolano (CTV)

Al revisar el contexto de la seguridad social en América Latina y más específicamente en Venezuela, se resalta que producto de la crisis económica de la década de los ochenta, el Estado Venezolano estuvo obligado a emprender transformaciones en materia económico-social. Esta situación se puede sintetizar en dos aspectos: por un lado, la crisis del Estado de Bienestar, y por el otro, la reforma social en materia laboral, que abarcó cambios importantes. Ambos escenarios son producto del agotamiento del equilibrio planteado por el modelo económico del bienestar que arrastró a las sociedades latinoaméricanas y en especial a la de Venezuela, a una sociedad desigual.

Ante este panorama de crisis social y empobrecimiento de gran parte de la población de Venezuela, le correspondió al Estado iniciar un proceso de reforma de la seguridad social, que permitiese contrarrestar las consecuencias negativas de los programas anteriores.

La deficiencia de los sistemas tradicionales de seguridad social, cada vez más criticados en los últimos tiempos, han despertado la duda sobre si realmente, estos sistemas son adecuados para contener la crisis social. Como consecuencia de esta situación en Venezuela se han estado ensayando desde hace algunos años propuestas para mejorar la disminuida seguridad social que se ha tenido por años, entendiendo que su objetivo es proteger a todos los miembros de la sociedad frente a las numerosas contingencias a las que se expone a lo largo de la vida, como la salud, vejez, cargas familiares, accidentes de trabajo, invalidez, muerte, desempleo; todas estas situaciones deben ser garantizadas de manera obligatoria por el Estado, asegurando la redistribución de las riquezas con justicia social.

Para finales del año 2002 se aprobó la Ley Orgánica del Sistema de Seguridad Social en nuestro país, cuya filosofía muestra una vocación integral y universal con un concepto amplio; sin embargo, la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV) señala que la misma fue aprobada sin el consenso pertinente de especialistas en el tema y propone un sistema complejo, con dificultades para implementarse debido a la gran cantidad de instituciones que intervienen en su desarrollo, generando ineficiencia en los procesos y gastos desproporcionados.

El sistema de seguridad social en nuestro país ha mejorado en numerosos aspectos, en comparación a los distintos programas que se desarrollaron en el pasado; no obstante, a pesar de las políticas populares del gobierno, existen sectores de nuestra sociedad que no avanzarán si no se les brinda un sistema que realmente permita la distribución de la renta de una manera equitativa, por mucho que se diga, no se han incluido los sectores más desamparados como los campesinos y la economía informal, que va en ascenso en los últimos años.


Estamos en presencia de una seguridad social que no termina de nacer y otra que no termina de morir, queda por resolver qué tipo de política social puede ser la adecuada para conciliar en los conceptos y las prácticas, los cambios estructurales necesarios para alcanzar la seguridad social que todos los venezolanos nos merecemos.


Referencia de la Web:
BARRIOS GRAZIANI, Leticia y CAMEJO RUIZ, Armando J. El proceso de reforma de la seguridad social en Venezuela: Una visión desde el movimiento sindical venezolano (CTV).
Link: http://www.ucm.es/info/nomadas/14/barrioscamejo.pdf


Determinantes estructurales de la sobreexplotación del trabajo femenino en Venezuela

En algunos países de América Latina, incluyendo Venezuela, las condiciones de mercado de trabajo para la mujer se encuentran en desventaja en relación a la de los hombres, pero esta situación no ha impedido, que cada vez sean más las mujeres que trabajan por distintas razones: sostener a sus familias, independizarse frente a la figura masculina, construir su autonomía frente al entorno económico-social, entre otras.
Es una realidad que ha aumentado la presencia de la mujer en el mercado laboral, pero igualmente persisten las diferencias salariales con respecto a los hombres, la delimitación de tareas en "femeninas" y "masculinas", la descalificación de los trabajos que realiza, la extensión de su jornada laboral y la informalización de su trabajo; situaciones que tienen su origen en los modelos económicos que han sido aplicados a lo largo del tiempo, los cuales han credo un sistema laboral desigual entre los sexos, resultando la mujer, la más afectada.

Las mujeres siguen teniendo posibilidades limitadas para optar por un trabajo, aunque las legislaciones prohiben cualquier discriminación laboral de sexo, es cierto que aspectos como si es casada o soltera, con o sin hijos, edad, apariencia física, determinan la entrada o salida en el mercado laboral.


En muchos países la mujer se encuentra en desigualdad de género, las sociedades machistas la han etiquetado como el "sexo débil" pero en realidad ¿lo es?, difícil etiquetarla de esta forma cuando se analizan los múltiples roles que cumple: madre, esposa, empleada, doméstica...
Esta desigualdad ha hecho que en el mercado laboral, lo admitido como propio de los hombres: fuerte, complejo, especializado, resulte más calificado y mejor pago, que aquello propio de las mujeres: sencillo, delicado, disciplinado. La mujer es asociada con trabajos fáciles, domésticos, que no requieren de mucho esfuerzo; es cierto, que por la condición de féminas, es difícil en algunos casos, realizar trabajos pesados o que requieran gran esfuerzo físico, pero antes de calificar una tarea como femenina o masculina, se deben analizar las capacidades de la mujer que desea desempeñar el oficio y si lo puede realizar ¿por qué no permitirlo? recibiendo por supuesto la remuneración y los beneficios justos, por la labor que realiza.


A pesar de tod
o esto, el rol de la mujer se ha revalorado y cada vez es más importante su participación y su aporte. Por esta razón, es necesario que la mujer conozca sus derechos y su propia defensa, haciéndose respetar para aspirar a su felicidad y realización como persona.
No es cuestión de determinar quién es el débil o no, es una cuestión de igualdad, de hacer valer los derechos de todas las mujeres, demostrar que no están en desventaja frente a los hombres; por ende, es justo que puedan desempeñar el trabajo que les gusta, que puedan realizar y recibir la remuneración que se merecen.

Referencia de la Web:
BARRIOS GRAZIANI, Leticia.
Determinantes estructurales de la sobreexplotación del trabajo femenino en Venezuela.
Link: http://www.saber.ula.ve/handle/123456789/22835